sábado, 6 de octubre de 2012

Ruido y vibraciones en el lugar de trabajo

En el siguiente video se muestra en forma de caricatura la presencia del ruido y las vibraciones en el lugar de trabajo.


Riesgo Biológico

El siguiente documento habla sobre el riesgo biológico. Los invito a leerlo detalladamente.
http://www.istas.ccoo.es/descargas/gverde/RIESGO_BIOLOGICO.pdf






Sobreesfuerzos Laborales


Los trastornos  musculoesqueléticos  (TME) derivados del trabajo afectan a gran número de trabajadores de los distintos sectores de la actividad económica. Cada año, millones de trabajadores europeos los sufren. Las consecuencias de los sobreesfuerzos abarcan desde el dolor y la inflamación de diverso grado hasta
lesiones graves e incapacitantes.
Entre las causas físicas de los trastornos musculoesqueléticos cabe citar: los movimientos manuales, la manipulación de cargas, las malas posturas y los movimientos forzados, los movimientos muy repetitivos, los movimientos manuales enérgicos, la presión mecánica directa sobre los tejidos corporales, las vibraciones o los entornos de trabajo fríos. Entre las causas relacionadas con la organización del trabajo cabe destacar: el ritmo de trabajo, el trabajo repetitivo, los horarios de trabajo, los sistemas de retribución, el trabajo monótono y algunos factores de tipo psicosocial. 
Son innumerables las ocupaciones y actividades en las que se realizan sobreesfuerzos. Además, la creciente participación de la mujer en sectores de actividad en los que predominan, entre otros, los movimientos repetitivos en miembros superiores o de destreza manual a ritmo elevado, posturas predominantemente
estáticas sentadas o de pie con escasa movilidad, manejo de cargas importantes, etc, explica la significativa tasa de incidencia de accidentes y enfermedades profesionales entre la población laboral femenina.



Quemaduras Laborales

Las quemaduras es la descomposición de un tejido orgánico, producida por el contacto del fuego o una sustancia cáustica corrosiva.

Las quemaduras pueden ser térmicas (producidas por calor) y se clasifican según:

  • Profundidad: Primer grado (enrojecimiento de la piel), segundo grado (ampolla) y tercer grado (destrucción completa de la piel o tejido).
  • Extensión
  • Localización
Causticaciones (sustancias químicas que reaccionan con el agua que hay en la piel).

Eléctricas (causadas por el paso de corriente eléctrica a través del cuerpo).


Sindrome de Burnout


Algunos de sus colaboradores podrían estar muy desmotivados con el trabajo que realizan. No suele ser difícil identificarlos: se muestran nerviosos, irritables, poco comprometidos con sus tareas y tienen actitudes distantes hacia los demás integrantes del equipo de trabajo. 


Estos síntomas, además de ser la excusa perfecta para despedirlos por su bajo rendimiento, también hacen parte del desgaste laboral o síndrome del Burn Out, que aparece como resultado del estrés repetido y el agotamiento físico, mental y emocional que surge de las experiencias personales y laborales. 



Hablar de empleados con este síndrome es asumir que “están quemados”, es decir que las situaciones de su vida laboral, familiar o social han sobrepasado su capacidad de reacción, lo que conlleva a un desarreglo entre el trabajador y el puesto que ocupa. 


Ante la presencia de empleados desgastados laboralmente, lo usual es que el área de recursos humanos recurra a las reconocidas estrategias para motivar el talento humano. Entre estas están ofrecer más beneficios, mayores incentivos económicos y mejoras en el clima laboral.


¿Pero qué pasa con estas medidas cuando el problema es ocasionado por el desgaste profesional? Seguramente no tendrán ningún impacto y los problemas de desempeño aumentarán. 


La clave entonces está en identificar en qué casos el bajo desempeño se debe a problemas de desgaste laboral, conocer las principales características del síndrome, sus causas y efectos, para luego determinar las acciones que el área de RR.HH debe realizar al respecto. 


¿Qué es Burn Out?


Este síndrome es una fase avanzada de estrés laboral y agotamiento físico, mental y emocional. Es aquel momento que coloquialmente se traduce como “estar quemado en el trabajo”, cuando surgen sentimientos de fracaso y ansiedad, que disminuyen la capacidad para cumplir con las tareas.

Aunque puede confundirse con el estrés crónico, el Burn Out presenta algunas características que lo diferencian, que van más allá del desánimo y la apatía, hasta provocar la pérdida del sentido de relación con el trabajo y la desmotivación para realizar cualquier esfuerzo.

Según una investigación realizada en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Morón (Argentina), “el estrés repetido y de larga duración puede llevar a una debilidad y agotamiento y a una ineficiencia en el trabajo. El individuo se siente culpable de no trabajar como debiera y comienza a perder su autoestima desembocando en una depresión”.(1)

Varias investigaciones señalan que este síndrome afecta sobre todo a profesionales cuya labor está basada en el trato directo con otras personas, por lo que la mayoría de sectores afectados son la enseñanza, medicina y comercio (2). Pero esto no quiere decir que sean las únicas profesiones afectadas por el síndrome. Si bien el porcentaje de aparición es más alto en las profesiones citadas, este puede perturbar la rutina de cualquier empleado, independientemente de su ocupación, edad, sexo o género.

El síndrome es una enfermedad en la que el trabajo deja de ser una fuente de bienestar, para convertirse en una situación desmotivadora.

Antecedentes del síndrome

Martha Helena Ardila, sicóloga clínica de la Universidad de la Sabana y consultora en temas de salud organizacional, comenta que el Burn Out se trata de un síndrome de fin de siglo, que tiene su origen en los años 80, cuando se observó un aumento de suicidios, incremento en el consumo de drogas y casos de soledad y la falta de solidaridad, principalmente en países industrializados.

Esta enfermedad laboral se evidenció en las consultas sicológicas, cuando aumentó el número de pacientes con comportamientos como cansancio, desmotivación por el trabajo e incapacidad para cumplir los logros propios de su oficio, afirmó Ardila.

Estas situaciones llevaron a iniciar estudios sobre el desgaste laboral, inicialmente en Estados Unidos y luego en todo el mundo.

A pesar de la visible importancia de la investigación de un síndrome de estas características, muchos investigadores lo catalogan como “una moda” dentro de los estudios de sicología, similar a lo que ha sucedido con el análisis de la ansiedad, la depresión o la neurosis. Con estos, parece que solo se busca dar respuesta a los sentimientos de fracaso y desmotivación que surgen en cualquier individuo a lo largo de su vida.(3)

Sin embargo, cada vez son mayores los niveles de estrés y depresión causados por factores como la competitividad, las exigencias laborales y el poco tiempo para la vida personal, por lo cual los estudios de este tipo de comportamientos parecen ser cada vez más necesarios.

Causas del síndrome

De acuerdo con Martha Ardila, existen situaciones en la vida laboral que han sido determinantes para la aparición y notable aumento de casos de Burn Out. Estas son:

Alta carga laboral
Las personas con síndrome de Burn Out aseguran tener una exigencia de trabajo muy alta y permanente.

Multiplicidad de funciones
Cada día son más los cargos que requieren empleados ‘todoterreno’, es decir, que no desarrollan una sola función, sino que deben estar en capacidad de responder por todos los requerimientos que le imponga la empresa.

Amenaza constante de perder el empleo
Las altas cifras de desempleo, la necesidad de mantener un salario y la alta competencia son factores que generan un temor constante por mantener el empleo, aún cuando las condiciones que este ofrezca no sean las más favorables para el trabajador.

Violación de la vida privada
La vida de los colaboradores en el tiempo que laboran es rastreada por sistemas de seguridad que pocas veces la empresa da a conocer. Esto representa una violación a la intimidad y privacidad de los empleados, que termina generando síntomas como angustia y estrés.

Poco carácter humano en las relaciones empresariales
En su afán de producir y ser más competentes, las organizaciones olvidan las necesidades propias de cada individuo. Esto se refleja en las exigencias laborales cada vez mayores, donde no se tienen en cuenta aspectos como la vida privada de la persona, su necesidad de descanso y recreación, sus asuntos familiares, el cuidado de su salud, entre otros aspectos.

Responsabilidades del hogar
El cansancio de la jornada laboral, los salarios bajos y el estrés de cada día, producen reacciones de agotamiento y desmotivación que impactan en el cumplimiento de las tareas propias del hogar.

Cada vez se hace más complicado cumplir con las tareas de la empresa, para dedicar tiempo a la familia y los deberes de la casa. Esta situación, es más frecuente en las mujeres.

¿Cómo detectar el síndrome en sus empleados?

Los estudios sobre el tema demuestran que resulta complicado detectar este síndrome. En ocasiones suele confundirse con estrés o baja productividad laboral. Ahora bien, existen unos síntomas que son determinantes para detectarlo a tiempo. Estos son: 

1. Físicos
- Sueño y cansancio excesivo. 
- Dolores de cabeza. 
- Problemas gastrointestinales. 
- Fatiga 

2. Emocionales 
- Depresión
- Irritabilidad 
- Desmotivación
- Frustración
- Pérdida del idealismo

3. Conductuales 
- Cinismo 
- Actitud defensiva 

4. Relacionados con el desempeño laboral
- Absentismo.
- Lentitud en el desarrollo del trabajo. 
- Aumento en el número de errores en los procesos laborales en comparación al desarrollo que tuvo en los primeros meses. 

5. Interpersonales 
- Soledad 
- Falta de concentración 
- Poca comunicación 

Estos síntomas se desarrollan a través de cuatro fases, a saber: 

1. Aparición leve
Si bien el síndrome surge poco a poco, existen días en que se evidencia con mayor intensidad. Por ello es muy complicado diferenciar cuando se trata de estrés o cansancio laboral simplemente. Los síntomas en esta fase son: dolores de cabeza, espalda, musculares y disminución en la productividad. 

2. Fase moderada
El afectado empieza a padecer de insomnio, baja concentración y puede iniciar una tendencia a la auto-medicación. 

En esta fase ocurre una “no aceptación del Burn Out”, pues puede entenderse como un fracaso profesional. Quienes primero lo notan son las personas que comparten a diario con el afectado, como compañeros de trabajo y familia. 

3. Forma grave
Esta fase se caracteriza por la aparición de reacciones como absentismo, poca motivación para desarrollar los procesos laborales, irritabilidad y cinismo. Además el afectado puede iniciar el consumo de drogas y alcohol.

Hasta este punto, la sintomatología es similar a la que presentan situaciones de estrés o cansancio, por lo que es difícil detectar el síndrome a tiempo. Esto es determinante para la falta de tratamiento y la posibilidad de entrar en una fase irreversible. Es muy importante prestar atención desde la aparición de los primeros síntomas. 

4. Forma extrema
En este punto, la persona ya presenta síntomas como depresión, baja autoestima, poca comunicación con sus compañeros, aislamiento y la posibilidad de pensar en un suicidio.